PRESENTACIÓN
Con frecuencia mis amigos me preguntan cuántas canciones he compuesto y grabado a lo largo de mi vida. Recientemente hice un recuento y para mi sorpresa pasan ya de las cincuenta, sin incluir los temas que compuse antes de los 16 años para cantar en las fiestas juveniles con mi hermana gemela, sus amigas y los miembros del conjunto musical que organicé en la Colonia del Valle, allá en los años 50s.
La primera canción formal la compuse el año de 1957 en Boston durante el invierno (Nostalgia invernal) y las dos siguientes las escribí en la Embajada mexicana de El Cairo, Egipto, a principios de 1960 (Nostalgia en el Nilo y Aquí estoy mi alma). De estas tres sólo me decidí a grabar la última en el disco cuya producción me obsequió mi amigo Emilio Azcárraga en 1977, que llevó por título “Todo tiene su ida y vuelta, Canciones para mis amigos”, con doce de las canciones que había compuesto hasta entonces. Los arreglos musicales corrieron a cargo de Luis González Pérez y los de las rancheras de Rigoberto Alfaro.
Años más tarde me decidí a continuar grabando, ya por mi cuenta, los temas que compuse después de 1977. Veintiuno de ellos tienen letra y música mías y son los que se incluyen en el CD 1 de este álbum. De otras diecisiete canciones la letra es mía, pero lo música es de Arturo Castro o de su hermano Javier, y son las que aparecen en el CD 2, con el toque característico de los arreglos de Arturo.
El CD 3 contiene las diecisiete canciones rancheras que he compuesto, todas con letra y música mías. Los arreglos son de Rigoberto Alfaro (en la grabación de 1977) y de Arturo Castro en los demás temas del disco.
Años después mi querida amiga Teté Cuevas me convenció de grabar con ella un nuevo CD que incluyera alguna de las canciones contenidas en los primeros cuatro discos de la colección que intitulé “Para mis amigos”, con el sabor tan especial que ella imprimía a todos sus acompañamientos de piano. Teté me sugirió incluir también en este quinto disco temas de otros compositores como Agustín Lara, Gonzalo Curiel, Luis Casas Romero (cubano) y Mario Clavel (argentino), en los cuales me acompañaron también el trío “Los Caminantes” y el Maestro Zeferino Nandayapa y su marimba.
Tiempo después Arturo Castro me propuso grabar de nueva cuenta algunas de mis canciones contenidas en el disco de 1977 como otras compuestas posteriormente, ahora con arreglos musicales suyos. Las nuevas versiones, bajo la dirección musical de Teté Cuevas o de Arturo Castro, se incluyen en el CD 4 de este álbum.
Finalmente, el CD 5 contiene temas de otros autores que fueron interpretados por mí en alguno de los nueve discos anteriores o grabados en vivo durante las veladas musicales en la Fundación Miguel Alemán, sin ensayos previos y a invitación de los artistas que se presentaron en dichos eventos.
En algunas de las grabaciones que contiene este álbum me hicieron el favor de cantar conmigo La Prieta Linda (No pos sí), Paula Rossi (Prohibido llorar y Tú te entregaste a mí), Tania Libertad (Tenme un poco de paciencia). También Talina Fernández amablemente aceptó mi invitación para hacer la segunda voz en dos temas inolvidables de la trova cubana y yucateca (Morena mía y Tú como yo), con el acompañamiento del grupo “Los Juglares”. Por mi parte interpreté la segunda voz con “Los Juglares” en “Rayito de Sol”, a la manera en que me enseñó a hacerlo el gran músico yucateco Juárez H. García, compañero de Guty Cárdenas.
Durante otra velada en la Fundación Miguel Alemán me invito a hacerle segunda Fernando del Castillo (Las ciudades), acompañado del dúo “Los Macorinos”, integrado por Arturo Allende y Miguel Peña.
La única canción cuya letra escribí a solicitud de un amigo fue “Aprende a ser mujer”, y la que me costó más trabajo pergeñar fue “Sin contrariar a nadie”, en la cual todos los versos se inician con una referencia al número cinco, sin repetir en ellos ninguna frase. La más reciente lleva por título “Será en Venecia” y fue grabada en 2017, a sesenta años de la primera que escribí en 1957.
Confío en que los amigos que lleguen a escuchar los temas contenidos en el presente álbum sabrán disculpar el exceso cometido con esta grabación. Ello demostraría sin duda la veracidad del dicho “A los amigos se les conoce en la cárcel y en el lecho de enfermo”, y yo agregaría también se les conoce cuando aceptan escuchar las canciones compuestas por un romántico amigo suyo, como es el caso.