Producción musical

Para mis amigos

Presentación de la colección “Para mis amigos” de cuatro volúmenes de las canciones de Alejandro Carrillo Castro por la escritora Ángeles Mastreta.

 

“Tiene Alejandro Carrillo el privilegio y la desgracia de pertenecer al grupo de seres humanos que deben ir por la vida lidiando con una personalidad a la que le caben varias. Su caso es aún más grave que otros porque los modos de vida que demandan sus personalidades no tiene nada que ver el uno con el otro.

No parece muy difícil dedicarse a político cuando por la cabeza y las emociones sólo pasa la política. Construir el poder y manejarlo como única vocación puede resultar incluso fascinante para algunas personas. Crear y decir música está universalmente aceptado como un gozo envidiable. Pero combinar las dos cosas parecería imposible.

Aparentemente no hay seres más conformes con su quehacer y más orgullosos de poseerlo que los políticos. Hasta observándolos de lejos uno casi tendría que compartir con ellos la certidumbre de que nada en el mundo es más importante que el puesto que los ocupa, aunque imaginados como los protagonistas de una película muda provoquen tanta risa.

La política. La inefable política. La política que todo lo colma, todo lo satisface, todo lo exige, hasta la sujeción y el disimulo de pasiones tan insignificantes como el amor o la fantasía. ¡Qué extravagancia! Solamente cuando Alejandro Carrillo saca de la cajuela una guitarra y se pone a cantar, puede uno creerlo.

¿Cómo es posible que un político tenga el valor de contar la desmesura, el miedo, la soledad, la tímida intuición de los que aman?

Cualquiera sabe que un buen político más que enamorarse se casa, más que acariciar cohabita, más que pedir paciencia tiene prisa, más que delirar tiene acuerdos, más que presentir impone certidumbres, más que ir olvidando cosas las archiva en el ordenado organigrama de sus rencores.

Porque los políticos deben ser fuertes, herméticos, prudentes, discretos, en cambio los músicos tienen que atreverse a ser temerosos, impúdicos, delirantes, inseguros, vulnerables, abandonados. Por eso es una insensatez del tamaño de la luna ser político y meterse a cancionero.

Esa precisa locura, ese cotidiano desvarío, lo comete Alejandro Carrillo para bien de sus amigos y supongo que para redimirse de su extraña condición de político, pero además porque de todos modos no le queda otro remedio.”

 

Ángeles Mastreta.

Ángeles Mastreta

 

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